They thought we were the lucky ones... And we were.

Miré fijamente sus ojos en busca de esperanza. 
-¿Es ella, verdad?- al ver que no emitía palabra alguna, añadí-: Bueno, olvidalo.
-¿Quién es ella? ¿Existe ella en realidad? Se fue, solo quedas vos, y no puedo pedir más. No quiero pedir más-Ahora su mirada estaba clavada en la mía... No podía escapar, no podía renunciar. 
-¿Qué es lo que queres de mí? Yo no tengo nada para darte. Ella es mucho mejor que yo- Bajé la vista al suelo para ver mi insegura mirada en el reflejo del charco de agua- Andate, dejame sola. Andate con ella, te va a dar cosas mejores que yo.
Vaciló unos segundos y me dijo:
-Me das tranquilidad, seguridad. ¿Acaso el amor no cuenta?- la furia brotaba desde sus venas- Si para vos lo material significa tanto, ¿quiere decir que vos también me queres de esa manera?- golpeó la pared, y con rabia y lágrimas cayendo desde sus mejillas, se despidió-: Recorda que yo siempre te quise, fueras lo que fueras. Adiós.
Se fue. Me dejó... para siempre. Y aún no entiendo cómo fui tan estúpida. Lo único que quería, era lo mejor para él. Creí que lo mejor era ella. Creí que ella significaba felicidad. Y no lo era. Lo arruiné, una vez más. Una vez más eché todo a perder. 
"Quiérete o vas mal". Eso pasa, no me quería, no me creía capaz de tener algo bueno alguna vez. Y cuando lo tuve, esperaba el indeseado momento en que se perdiera en la oscuridad. Y así sucedió. Aquella luz brillante se apagó, y fue la mejor luz que vi en mi vida. La próxima vez, voy a creer en mí, en lo que yo quiero.
"There once was a little girl who never knew love until a boy broke her heart."

Agustina