Dejó todos esos pensamientos incómodos para sí misma, y de repente se vio en un café Starbucks, haciendo su pedido en la caja y sentándose a disfrutarlo. Quizás creía que ella podía calmar su dolor con aquél café de esa tarde pero... era todo un engaño para sí, y era mejor aceptar la realidad.
Salió, siguió caminando. Prendió un cigarrillo hasta que... apareció el por detrás, dándole una gran sorpresa. Él andaba por el centro de la ciudad ¡qué casualidad! Ella se alegró mucho al verlo tan bien, tan, tan... tan hermoso como siempre- pensó. Los ojos de él demostraban que la extrañaba también pero, ¿qué había pasado? De repente él con su gran sonrisa de dientes perfectos la miró fijamente y le dijo provocándole intriga:
-A que no sabes que...-
-¿Qué?- Respondió ella sin cesar, emocionándose y aferrándose a sus sueños.
-Te presento a mi nueva pareja, Laura- dijo él con un tono de felicidad, pero al ver que su rostro no demostraba alegría, añadió- bueno, deberías alegrarte por mí.
-Debería- subrayó ella, y le echó una mirada desafiante y se marchó.
Él se quedó boquiabierto. Ella se decepcionaba. Haberlo esperado, haberse ilusionado con volver el tiempo atrás, soñar que él también la sentía tan solo había sido un acto insensato.
To be continued...
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