15.2.10

Quiero que te vayas como algo que jamás llegó. Desearía que fueras una tormenta pasajera, algo del momento. Quisiera que tan sólo fueras un dolor de cabeza y alma con cura, ojalá no te hubieras hecho indispensable. Hoy te guardo el rencor y todo el resentimiento, éstos mismos esconden el amor que te sigo sintiendo. Te odio por tu forma de actuar conmigo actualmente, pero te amo por los hermosos recuerdos que pasamos. Con esto no quiero que se malentienda que sólo amaba tu lado bueno; vos tenías tus días buenos y tus días malos, como todos, y me gustaban tus defectos, tu histeria, tus confusiones, en verdad, quiero decir, me encantaban tus defectos. Me hacía ver como realmente eras. Y lo más lindo e interesante que hace una relación tan pasional es el ir descubriendo poco a poco a la otra persona, y darte cuenta que te falta mucho por terminar. Se sentía como tirarse de un paracaídas y confiar en que vas a caer bien, sano y salvo. Ya sé que no íbamos a estar juntos toda la vida, porque vos me cortabas ese sueño. Me tiraba de aquel paracaídas y sentía una sensación de satisfacción, porque vos me agarrabas y no me soltabas, mientras que yo soñaba; soñaba con estar a tu lado para siempre y hacerte feliz como vos lo lograbas conmigo. Te entregué el poder de destruirme, porque te amaba, pero confié en que no lo ibas a hacer. Y lo hiciste.

No hay comentarios.: