2.11.10

Y es que acaso, ¿todo ha llegado a su fin? No lo comprendo; ¿cuál era el motivo por el que luchábamos con insuficiencia y sudor? ¿Y cuál era el premio luego de ésta guerra sin fin? Sé que el aprendizaje es un punto a nuestro favor, lo sé, lo sé con claridad. Pero... ¡No es justo! 
Creo que nunca lo entenderé. He puesto todas mis cartas sobre la mesa, tú lo viste, tú también lo hiciste. Y ahí es donde viene la revolución que iniciamos al ver que el vínculo que nos unía se desmoronaba, lentamente. Apostamos todo lo que teníamos. Te entregué mi alma, y mi corazón, para que tú seas mi llave. ¿Y es así como terminamos? El Banco Central de Consultas Amorosas ha cerrado... ¿temporalmente? no lo sé, pero la esperanza está de mi lado. 
Ayer me pertenecías, te pertenecía. Y hoy ya no nos queda más que esta impotencia que ya no puedo manejar... Esta impotencia de saber que ayer te tenía y hoy ya no te tengo más...
Agustina 

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