19.5.10


Que corra la sangre por mis venas, y que se borren todas las penas; que sea atendida la soledad, y sea justificada por la ingenuidad. Que caigan rayos en tu presencia y que ya no exista la inconsciencia. El mañana no está escrito, no debemos intentar predecir el futuro. No somos un oráculo como los griegos, ni hacemos milagros como los dioses. Realidad, consciencia e impotencia es lo que representan estas líneas... ¿Compasión? Piedad, ruego piedad! ¿Hasta donde llegaremos ocultando la realidad, siendo tan cobardes? ¿En qué nos convertiremos expulsando nuestra ira interior, y obligandola a verse depositada en los demás? ¿Qué pasará mañana? Tal vez mañana ya no te ame ni un minuto más, quizás mañana nos odiaremos, no lo sé, no lo sé! Quizás... quizás mañana despierte y sea la persona más feliz del mundo, quizás mañana deje de mirarte copiosamente, quizás... quizás en un futuro cercano no necesite expresarme a través de estos escritos. Que explote la verdad y que mueran las agonías, que crezca el bienestar y la felicidad, y que sea sepultada esta lamentable realidad.
Agustina 

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