31.3.10


Mi paciencia se disfraza y me hace creer que se va. Aún recuerdo aquellas tardes cálidas a tu lado, esas tardes en que nada importaba más. La verdad es quién le miente a mi inconsciente e intercambia todo lo logrado. Lo que debería estar hoy aquí se esfuma como algo que jamás llegó. He estado esperando por algo que nunca llegará. Se me estruja el corazón al admitir semejante verdad, pero debo entender, la vida es así. Soy víctima de una impotencia que se apodera de mí, y me deja boquiabierta sin saber que hacer. Ésta misma me obliga a pensar en NUESTROS recuerdos a cada momento, ¿hasta cuando seguirá todo este cuento? Es tan tarde ya. Tú has cerrado el telón, y yo me he estado preguntando ¿cuándo se abrirá? Pero pues mira lo que hace la ingenuidad, que yo pensé que volverías a acompañarme en mi triste soledad. Ansias es la primera palabra que habita en mi mente por las mañanas, y decepción es la consiguiente, al acordarme que jamás volverás. Acto seguido, rabia es lo que siento, al saber que yo pienso tarde y noche en ti, y tú ni te acuerdas de mi existencia. Y luego, olvidar es el objetivo que me propongo, y aún no he logrado. Esa es mi rutina, y tú formas parte de ella, cada segundo, lo juro por Dios.

No hay comentarios.: