21.3.10


Creo que la hora de aceptar la realidad ha llegado a su debido tiempo, pero ¿de qué sirve? Ya no hay más nada que hacer, que levantarse del suelo y sentir la impotencia que se desborda por mi corazón roto y seguir hacia adelante. La vida no es más que un idas y vueltas sin por qués ni respuestas, que contiene actos de frustración seguidos de decepción e ilusiones nuevas. Tú eres quien me cuestiona todo lo que hago e intenta construir una amistad, pero, ¿cómo construir un edificio sobre otro? Quiero decir que sigo enamorada de ti. Es tan rara toda esta situación... me dañas y no me importa, deseo que me hables para que yo te ignore... es que me hace sentir una sensación de satisfacción y alegría de que hago las cosas bien. Esto se denomina orgullo propio. Mi mente se duerme y me recuerda que te extraño y te necesito para que sanemos estas heridas juntos. Mi mente despierta nuevamente y rechaza dicha idea; prefiere que yo misma me cure y termine con todo esto. Y es mejor olvidarte sola que con tu ayuda... es que sos como una píldora; en vez de hacerme bien, cada vez me enfermás más.

No hay comentarios.: