Por empezar gracias, por todo. Sé que a veces demuestro lo contrario de lo que pienso y/o siento, pero quiero que sepas que nunca dudé de lo que siento por vos. Probablemente a veces pienses lo contrario de lo que siento por las peleas, por las cosas que digo, porque me hago la orgullosa cuando en realidad dejé de serlo, por vos. Sí, sin darme cuenta cambié por vos. Y te incorporaste tan rápido a mi vida, llegaste sin avisar. Al principio, cuando ni te conocía solo eras un capricho. Pero después aprendí a quererte, aprendí a amarte. Llegaste a ser lo que más me importa, lo sos. Es como si fueras el óxigeno que respiro. Gracias a vos soy lo que soy, gracias a vos soy una persona feliz. Vos sos mi felicidad. No lo sabía ver. Abrí los ojos, me puse a pensar que sería yo sin vos, cómo haría sin vos, qué haría sin que estés conmigo. A raíz de esto me imaginé un desierto. Cada vez que creía que lo nuestro iba muriendo, que moría, ya no podía más. Me sentía vacía. Ahi es cuando me di cuenta de que vos sos mi felicidad, lo que más me importa, lo que más amo. Cuando estoy con vos es todo tan lindo, tan perfecto. Pero te vas y a los dos segundos estoy extrañándote de nuevo. Te dí todo lo que soy, te estoy dando todo lo que soy. Mi todo sos vos. Y mi corazón es tuyo, cuidalo. Te amo Lucas Acosta.