Y como consecuencia de aquella aburrida rutina emocional, decidí explorar mi subconsciente, y preguntarme: ¿qué estoy esperando para conseguir mi felicidad? Fue entonces cuando decidí salir a buscarla. 

Aquel momento fue extraño, pasé de tener un estilo de vida pasivo a tener uno totalmente ambicioso y alborotado. Creo que me exigí demasiado. Pero ahí es cuando la historia comienza. 

Esto sonará duro pero, tomé la decisión de descartar todo lo que me era indiferente y ya no necesitaba más. La descarté a Marie. Me sentí muy libre y emocionado durante el primer período, pero el tiempo iba pasando, y yo me iba con él... 

En ese repentino instante me sentí cautivado por una culpa, como no sé como describirlo. ¿Asignatura pendiente, quizás? Ahí pude darme cuenta de que siempre fui feliz con Marie y mi vida anterior, y ahora solo deseo golpearme la cabeza contra la pared y preguntarme por qué fui tan estúpido. 

Mi felicidad siempre estuvo en la punta de mi nariz, pero yo no podía apreciarla... Tenía que arruinarlo todo para poder entender que antes lo tenía todo, y que el tope de la felicidad ya lo conocía... Pero ahora ya no lo poseía.

Agustina