Se acostumbró a su mundo, se separó del sol, se despidió del tiempo, para dormir mejor. La reina de la noche fue la potenciación, y el frío del invierno nunca la perdonó. Se despertó llorando, se desilusionó, buscando motivos de su desolación. La consecuencia grave: la desolación, y el enfermizo juego de la transformación.

Se borra su sonrisa y me pregunta por qué va a continuar. Actuando se muere de dolor. Se borra su sonrisa y me pregunta por qué. Es el infierno nena, te vino a visitar. Que cosa más idiota es nuestra conversación, que cosa más enferma es nuestra relación.