6.12.10

Los extremos NUNCA son buenos

Y así comenzó todo: compartir. Compartimos tiempo juntos, peleas, chistes estúpidos, un día de lluvia, etcétera. Para compartir, cada persona tiene que aportar un poquito de cada uno, y así, las relaciones crecen. Y ese fue el problema. 
Me vi hundiéndome en esa laguna que me estaba ahogando, y para salir... Para salir quise aportar un poco más. Pero al ver que no hacía efecto alguno, seguía dando cada vez más de mí. Supongo que nunca pensé que quizás si lo daba todo, más tarde, no quedaría nada para mí. Y ahí está el motivo: di tanto que me quedé vacía, sí, eso es lo que pasó. 
Pude salir de esa laguna tenebrosa pero al fin y al cabo... nadie me devolvió mis aportes innecesarios. Y así estoy ahora: vacía.
Agustina

No hay comentarios.: