20.10.10

Y bueno... A veces me pongo cursi

Es tan incómodo y difícil hablar sobre los integrantes de mi familia. Algunas veces cuando pienso en las características de cada uno de ellos, y encuentro algo admirable que les pertenece: su personalidad.
Y algo dentro de mí que, de alguna manera, me impide poder pensar en su propia historia... Supongo que es porque no quiero ser consciente de que ellos también sufrieron, como todos nosotros. Pero cuando ves sufrir a tus seres más queridos... ahí está el problema. Te queda grabada esa imagen en el hipocampo (bue), y no podes parar de recurrir a ese recuerdo que, evidentemente, va a estar guardado a largo plazo. Y ahí viene mi parálisis de pensamiento, debido a mi admiración hacia ellos.
Admiro su forma de seguir en pie a pesar de todo, admiro su compresión sobre el mensaje que nos da la vida, y también admiro su forma de ser.
Es como que, a veces siento que aunque quiera valorarlos (lo hago), siento que me quedo corta, que nunca voy a poder quedarme satisfecha con valorarlos durante años. Esa satisfacción para ser cumplida, debería ser eterno el tiempo... Pero la eternidad no existe. Y creo que eso es amar de verdad: que siempre vas a sentir que nunca vas a poder completar esa satisfacción, porque el amor ya es demasiado.
PD: Me encanta ser quien soy hoy, y quien tenga el privilegio de estar rodeada por todas estas personas que en el presente, me rodean.
Agustina 

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