15.9.10

Se supone que tendría que estar juzgándome, separando mis defectos y mis virtudes. La gran mayoría de las veces los defectos nos impulsan a cometer errores. Y ahora, cometí un error. Un error es algo que haces mal, y podes reconocerlo o no, y muchas veces, te arrepentis. Si podes aceptar que te equivocaste, casi siempre te sentis mal. Lo reconozco. Me siento mal. Pero no me arrepiento. Ya no me molesta estar así, porque me gusta cómo se siente.
A veces tengo miedo de no volver a ser yo. De no volver a sentir con intensidad, pasión. Y ahí viene el autoconsuelo: tengo 16 años, obvio que voy a poder. Sí, claro que sí. Quiero volver a tener todo ese conjunto de emociones... Pero no ansío su espera. Y ahí volvemos a lo mismo: porque me gusta sentirme así. ¿Masoquista? Quizás.
Antes, al principio, cuando estaba terriblemente mal, y desesperada porque terminara esa etapa de mi vida, DETESTABA estar así. Lo odiaba. Me odiaba. Pero ahora no es así. Ese era el primer golpe duro, no estaba acostumbrada a ese tipo de vida; en la que corres riesgos.
Por momentos siento que soy de piedra, que tengo un escudo protector. Al no podes haber encontrado una salida, me mentí diciéndome que ya todo había pasado. Y finalmente, me creí mi propia mentira. Esa mentira cerró todas las puertas. Sí, ese es el motivo por el cual "soy de piedra".
Mi problema es que mi valentía disminuyó notablemente. Si quiero algo y no puedo conseguirlo, ya no me arriesgo para ganarlo, me arriesgo para después no arrepentirme de no haber hecho nada, y no estar todo el día: 'Que hubiera pasado si lo hacía?'. Es que sigo buscando lo ¿imposible? Eso lo veremos.
Agustina 

No hay comentarios.: