30.1.10

Inmadurez es el nombre de tu síndrome.


Ya está, ya no cabe más dolor. Quizás algún día explote de ira. ¿Qué es lo que te lleva a hacer esto? Tal vez es mi culpa actuar tan bien, fingiendo que no me importa lo que haces y lo que dejas de hacer. Entonces, de esta manera, vos haces lo que queres, sin pensar en mi, creyendo que a mi no me dolería. O quizás si pensas en mi; pensas que me va a doler y de este modo, haces lo que te plazca. En ese momento, yo sentía cómo las paredes se derrumbaban sobre mi cuerpo nuevamente, y el dolor cesaba sin saber que no era deseado. No me puedo borrar esa imagen de mi cabeza; vos estabas con otra y ami inmediatamente me caían las lágrimas por las mejillas. Sin pensarlo, fui al baño, quería estar sola, tranquilizarme y pensar en otra cosa. No pude. Pero mi subconsciente me hablaba desde lo más profundo de mi corazón: "No te rebajes como él. Acaso, ¿no ves que solo quiere lastimarte? ¿Que lo hizo en frente tuyo para darte rabia, llenarte de celos, para tenerte atrás de él, como siempre? Él no la quiere a ella, por algo quiere darte celos; aún no te olvidó. ¿Pero por qué? ¿Por qué?". Bajé al instante y ocultando mi combinación de bronca y angustia, seguí bailando, como pude. Los primeros minutos, luego de ver eso fueron horribles, pero yo no iba a seguir llorando y lamentándome como suelo hacer. Esta vez no iba a hacer el duelo como siempre, no. Me costó muchísimo ocultar la realidad por un rato, pero lo logré. Rápidamente, mi alegría me cumplió mi deseo; respondió a mi llamado. No voy a hacerte el favor, no voy a regalarte un sueño. ¿Por qué haces esto? Sos tan inmaduro, caiste tan bajo. Vos fuiste el que decidió matar a nuestro amor, no yo. YO debería ser la despechada que está con otro en frente tuyo, no vos. La que emana bronca por todos lados soy yo, no se supone que seas vos. La que llora por los rincones soy yo, no vos. Pero basta, toda esa etapa terminó. Y, ¿sabes qué? Gracias, porque lo pude ver con mis propios ojos y darme cuenta, que no vales la pena, que te olvidaste el respeto en tu casa junto con el disimulo de que ya no te importo. Ahora si, ya todo terminó, para siempre, como lo fue hace unos meses. Ya no voy a estar ahí para cuando te caigas y necesites de los demás, incluyéndome, pero honestamente no creo que te haga falta. A vos te es indiferente, a mi también. Chau, hasta siempre.

No hay comentarios.: