Basta. Eso es lo que me encantaría decir y no puedo. Ya no quiero ser la que sobra, la que está de más, mejor dicho, la que siente que sobra. Y yo ya no tengo nada, no me siento vacía porque vos me llenas, pero ya no tengo más mi seguridad, mi confianza, mi fe, porque todo te lo entregué a vos, porque todo te llevaste. Es como si estuviera compartiendo absolutamente todo con vos, en realidad mi seguridad y confianza en mi misma la tengo, pero no toda para mi, porque también es tuya. Sonará egoísta pero, ya no quiero tener que depender de vos para sobrevivir, ya no quiero compartirte mi seguridad, mi confianza, no. No quiero compartirsela a nadie, la quiero para mi, quiero pensar solo en mi alguna vez. Pensar únicamente en mi cada vez que haga o diga algo, que no me importe nada ni nadie. Hacer todo lo posible para que yo me sienta bien, sin importarme los demás, las consecuencias. Sí, ser una egoísta, a la que seguramente todos odiarían, pero, que importa? Si sería una egoísta, que me importa que los demás me detesten? Es imposible. Nunca nadie podría ser así. Miento. Voy a hablar por mi, no por los demás. Por lo menos yo no podría realizar mis acciones sin importarme las consecuencias, sin mirar a mi alrededor. No, nunca. Es que, quiero pedirte mi seguridad y mi confianza para mi sola otra vez, no sentirme mal, no tener dudas. Pero no puedo. Porque a cambio de eso vos te irías, te marcharías para siempre. Y sinceramente le tengo miedo al cambio, no me imagino sin vos. Bueno en realidad sí. Me imagino sola, triste, aislada. No me imagino feliz. Pero ya no quiero sufrir, ya no quiero caer. Es que ya no es igual que antes, ya no es lo mismo. Qué nos pasó? Fuimos nosotros o el destino? Qué hicimos mal? Qué hice para tener que pagar esto? No me lo merezco, yo te dí todo de mi.