13.3.10


Perdóname por mis actos de ignoro hacia a ti, perdóname tantas lágrimas derramadas a lo largo de este tiempo. Perdón mi amor, perdón, te lo digo desde lo más profundo de mi corazón. Hoy decido dejar mi orgullo a un lado para dejar al descubierto que mi corazón aún palpita por ti, y mi alma te busca llena de esperanzas. Tú no tienes idea de lo horroroso que es despertarse por la mañana y pensar instantáneamente, en cuándo volverás, si los días de mi condena sin ti serán más extensos aún. Y me aferro al miedo y a mis mínimas esperanzas, pues, ya no hay más nada por hacer. Nunca me había costado tanto dirigirte la palabra, porque cuando lo hacía sentía una sensación de satisfacción, y ahora solo siento frustración junto a un ¿por qué? que me anima a no hablarte. Todo tiene una explicación, esto incluido, pero no voy a decírtela, prefiero que saques tus propias hipótesis y conclusiones pero no recurras a mi con tus dudas en manos; primero piénsalo bien y luego dime y yo te diré. ¿Hasta cuándo seguiré en deuda contigo? Mi amor, este dolor me está matando. Lo peor de todo es que actúa como un veneno, muy lentamente sobre mí, y me deja agonizar, y lo que yo tan sólo siento es impotencia al no poder hacer nada al respecto. Por esto elijo el camino más fácil; olvidarte. Ya que no puedo recuperarte, me rindo, pero sigo pendiente todo el asunto. Ay amor, no sé que más pensar, no sé en que pensar, ni que hacer ni nada. Lo único que sé es que aún te extraño como el primer día.

No hay comentarios.: