22.2.10


Perdón por lo que diré a continuación; tú fuiste mi esperado amanecer diario y ahora eres mi llorar. Y es que ya me he cansado de anhelar tus abrazos y de hablar ti. Hablar de ti me hace mal, me deja en un estado inactivo, pierdo el equilibrio, la razón, y mi sentir se esparce por el órgano principal de mi cuerpo. Perdoname, pero mi tristeza sigue disminuyendo. Supongo que me cansé de extrañarte y de contarle a mi prójimo sobre ti. Perdoname, pero creo que estoy logrando vivir sin ti.

No hay comentarios.: