27.1.10

Te entregué mi corazón y me lo devolviste partido en ocho, garca.


Me herís cada vez más mi amor, siento como una parte de mí se desvanece. Lo lento cuesta más y es tan solo frustración, mi amor. Y con nuestro amor sucedió ya; nace, se reproduce y muere, muy lentamente, creando el dolor y mi asfixia. Cada canción que oigo, cada cosa que hago, cada palabra que sale de mi boca, me recuerda a vos, y aunque me cuesta aceptarlo, seguis en mi pensamiento. El amor es como un juego sin diversión; un juego que está escrito bajo nuestra piel, el cual es invisible para los ojos, un juego que no se siente como tal, te asusta y te engaña, te llena de adrenalina y vértigo, de frustración, de nuevas ilusiones y energías para seguir luchando. El amor es un simple 'no me importa más nada que él/ella'. Y no hay nada más doloroso que aceptar el adiós de aquel amor, aquella despedida con frialdad, sin emoción alguna. Durante ese período que estamos con esa persona, tenemos toda la felicidad a nuestros pies. Asi que yo no creo que sea tiempo perdido estar con vos, porque durante ese tiempo fui feliz, la persona más feliz. Luego viene la ruptura, y se siente en el alma cuando se esfuma y se va sin permiso de nuestros cuerpos, buscandolos. A excepción de que no hayamos amado con sinceridad desde el corazón, a todos nos duele el final de nuestro propio cuento. Y sin quererlo, sentís como un laberinto en tu interior; se pelean tu alma, tu cuerpo y tu corazón. En un momento decidís perder la consciencia; dejas que simplemente todo fluya y te funciona muy bien, estás alcanza la felicidad sin depender de esa persona. Una vez que el tema se cree 'superado', él/ella, te contacta y comienzan a hablar. A vos te gusta la idea de volver a hablar con dicha persona, porque lo echaste de menos muchísimo, pero la situación no te gusta; se torna confusa. En realidad nunca habías superado nada, simplemente fue un nuevo engaño para la suma. Acto seguido, te deprime pensar que la decepción se apoderó de vos otra vez; pero minutos más tarde, la felicidad despierta de nuevo. Somos conscientes de que habrá millones de engaños más, pero mientras tanto disfrutamos ese lapso de felicidad. La vida tiene altas y bajas. Así como él me dio la felicidad, me la quitó, una vez que ya estaba engendrada a mi cuerpo. Hoy ya vivo sin vos mi amor, probablemente para siempre, quién sabe.

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