Todo tiene un principio y un fin. El principio se sentía tan emocionante, tan extremo. Fue lo más extraño y hermoso que sentí en mi vida, vivir en una cápsula que yo misma denominaría 'propia realidad'. El transcurso fue maravilloso, ya que estuvo lleno de felicidad, tristeza, angustia, amor, peleas, reconciliaciones. Soy consciente de que nada fue perfecto, sí, lo sé muy bien. Me siento orgullosa de eso la verdad, debo admitirlo. Pensar que antes sólo queríamos terminar algo que ni siquiera había llegado a su principio. Ese recorrido prematuro fue doloroso, estando lleno de ilusiones y decepciones que solo eran amagadas y que jamás eran cumplidas en realidad. El comienzo de una nueva historia, de la que seríamos protagonistas vos y yo, no se percibía, por lo menos yo no lo percibía. Finalmente un día casi sin notarlo el principio ya estaba en marcha, listo por comenzar, debido a que esperaba mi respuesta. Una palabra para describir ese momento lo que me hiciste sentir es felicidad. Fui presa de aquella situación que me dejó desconcertada, sorprendida, con mis sentimientos congelados. Casi sin pensarlo acepté tu sorprendente propuesta, porque ya no había nada que pensar, para mi todo ya estaba decidido; hacía un tiempo que mi vida se llamaba VOS. Yo también te dí millones de momentos de felicidad, se notaba en tu rostro. Ese período era lo mas lindo e indescriptible que podría haber existido. Luego de aquél tiempo que tu propuesta se hizo tan duradera e infinitamente hermosa para mi, todo llegaba a su fin. Cuando accedí me dejé caer al abismo, amaba como se sentía en ese momento, yo tiraba mis preocupaciones al aire pero jamás pensé que caerían. El día de hoy es cuando caen. Cuando yo caigo al suelo, luego de haberme tirado al abismo. Duele, duele demasiado. Me puse de pie como pude, y seguí caminando, buscandote desesperada, pidiendote que regreses, preguntandome donde te encontrabas. Sí, así es, lo único que hacía era cuestionarme por qué te fuiste. Y casi sin ser consciente del hecho que cometías; me rompiste el corazón en trozos, otra vez.