Me acuerdo cuando no eras mío, y cuando lo fuiste. Era todo tan lindo, pensaba que las cosas no podían ser mejores. Vos eras lo mejor. Pero me decepcioné tanto cuando me dí cuenta de todo, cuando me dí cuenta de que fui tan ingenua al creerme que todo eso que teníamos era lo mejor, porque yo ahora que veo todo tal como es, yo fui una estúpida, y vos también. Me decepcioné cuando me hiciste dar cuenta de que la perfección no existe. Cuando me abriste los ojos y me hiciste ver que yo estaba dando de más, y vos, en realidad, no me dabas nada comparado a mi. Yo siempre estaba esperando a recibir lo mismo que yo te daba, por tu parte, o más. Me autoexigía demasiado. Como pude ser tan tarada? No me merezco esto, yo te dí todo de mi. Y a vos pareciera no importarte. O no lo valoras, o no lo sabes ver. No soporto más estar mal, y llorar por los rincones y menos por vos. Tengo tantas dudas, y necesito respuestas. Pero no las encuentro, porque ni siquiera vos las sabes. Yo fui la estúpida que creyó cada una de tus palabras, que se ilusionó y que cada día te amó más y más. Y vos fuiste el estúpido que fue un histérico, que jugó conmigo. Que no le importó nada. Somos tal para cual: dos tarados, dos estúpidos. Te juro que te amo como nunca amé a nadie, pero me cansaste. Sí, me harté de estar mal, me cansé de que mis amigas tengan que escucharme y consolarme. Basta. Nos peleamos, volvemos. Qué estamos haciendo? Si acaso nos amamos tanto, por qué tenemos que estar tan cerca pero tan lejos? Por qué nos permitimos sufrir esto? Por qué? Ah cierto, vos no me amas.