Al fin puedo sentirme bien, sentir que todo valió la pena. Que cada vez que lloré por vos fue para fortalecerme. Que cada vez que discutimos, sentirme mal fue para que hoy lleguemos a estar como estamos en este momento. Sentir que cada caída que tuve no fue una caída, fue un tropezón. Sentir que cada error que cometí sirvió, valió la pena para hoy sea todo tal como es, para aprender más de mi misma, de la gente.
Sentir que todas las veces que fui tan ingenua y dramática sirvió. Sentir que todos los "errores" que cometí con vos no fueron errores. Que tan solo fueron simples arrepentimientos en su momento. Sentir que todo valió la pena. Que en realidad no me equivoqué, que en realidad no cometí ningún error con vos. Que todo eso fue como un proceso, largo, hermoso, doloroso. Que al final sirvió, fue para algo, para que yo cambie, que me conozca aún más. Para que hoy yo esté bien, con vos, conmigo. Para que nunca te pueda dejar ir.